Este libro de poesía —el primero de Willy Cicciari— es de alguna manera un derrotero, un cuaderno que nos va contando un camino, los accidentes y señales en un rumbo. En él se repiten señales que hablan de libertad, amor, sangre, memoria, puentes, lavanda, vientos, viajes, verdad y mentira. Hay una tensión entre el destino y la memoria, entre un pasado y su herencia como un engaño: nos dice que quien no abandona el puerto, nunca descubrirá nada. 

 

Este libro es íntimo, precioso y brutal. Como es un libro de poesía cuando está lleno de verdad. Willy Cicciari es directo, frontal y sincero. No mide. En algunas cosas sabe planear un rumbo y armar un plan perfecto de viaje... aunque siempre defienda el andar a la deriva.

Editorial: Autopublicado